“Dar sin medida: una jaculatoria que fecunda el servicio”

La jaculatoria breve de esta jornada —dirigida a la Santísima Trinidad— no es solo una súplica: es una reeducación del corazón. Pedir “enseñame a dar sin medida” es reconocer que la generosidad no nace del exceso, sino del amor. No se trata de tener mucho, sino de entregarse con libertad.

Trinidad Santa, enseñame a dar sin medida.

Esta oración breve puede resonar en cada gesto cotidiano: al compartir tiempo, al ofrecer ayuda, al renunciar a una comodidad para servir. Es una forma de vivir la Cuaresma como camino de fecundidad, donde el alma se despierta y el servicio se vuelve oración.