Jubileo y Cuaresma de San Miguel: Un Camino de Esperanza y Combate Espiritual
- rccrecreo

- 17 ago
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Cuaresma de San Miguel Arcángel. Peregrinos del Cielo.
Este 2025, la Iglesia Católica celebra un acontecimiento extraordinario: el Año Jubilar, convocado por el Papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de la Esperanza”. En su bula Spes non confundit (La esperanza no defrauda), el Santo Padre nos invita a vivir este tiempo como una oportunidad para reavivar la esperanza, sanar heridas, reconciliarnos con Dios y con los hermanos, y renovar nuestra fe en medio de un mundo marcado por el dolor, la incertidumbre y el desencanto.
“La esperanza cristiana no engaña ni defrauda, porque está fundada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos del amor divino.” Papa Francisco, Spes non confundit
En este contexto hemos sentido el llamado a unir este Año Santo con una práctica espiritual que, aunque antigua, resurge con fuerza: la Cuaresma de San Miguel Arcángel. Esta devoción, que se celebra del 15 de agosto al 29 de septiembre, fue promovida por San Francisco de Asís como un tiempo de oración, penitencia y contemplación bajo la guía del Príncipe de la Milicia Celestial.
🔥 ¿Por qué unir el Jubileo con la Cuaresma de San Miguel?
Porque ambos tiempos comparten una misma raíz: la conversión y la esperanza. El Jubileo nos llama a cruzar la Puerta Santa, símbolo del paso del pecado a la gracia. La Cuaresma de San Miguel nos invita a entrar en el combate espiritual, a despertar del letargo y a renovar nuestra vida interior. En ambos, se nos ofrece un camino de libertad: libertad del pecado, del miedo, de la desesperanza.
Además, San Miguel es el ángel guardián de la Iglesia, el defensor del Pueblo de Dios, el adorador perfecto ante el trono divino. En este Año Jubilar, donde la Iglesia se presenta como peregrina de esperanza, ¿qué mejor guía que aquel que venció al dragón y permanece fiel en la adoración?
🌿 Un tiempo para sanar y resistir
La Cuaresma de San Miguel transforma la llegada de la primavera —a menudo tiempo de dispersión— en un periodo de recogimiento, oración y penitencia. Nos recuerda que la lucha espiritual no se toma vacaciones. En medio de un mundo herido, esta práctica nos ayuda a resistir las tentaciones, a discernir con claridad y a vivir con mayor coherencia nuestra fe.
El Jubileo, por su parte, nos ofrece indulgencias, reconciliación, peregrinación y obras de misericordia. Nos llama a mirar el futuro con confianza, a reconstruir la fraternidad, a cuidar la creación y a escuchar el clamor de los pobres. En este sentido, unir ambas prácticas no es una coincidencia, sino una respuesta profética: necesitamos esperanza, pero también fortaleza; necesitamos misericordia, pero también vigilancia.
✨ Una propuesta para nuestra comunidad
Desde Piedras Vivas, proponemos vivir esta unión como un camino integral:
Oración diaria con San Miguel, pidiendo discernimiento y protección.
Penitencia personal, como signo de conversión y ofrenda.
Adoración dominical, reconociendo que “hoy no combatimos, hoy adoramos”.
Obras de misericordia, como expresión concreta del Jubileo.
Reflexiones semanales, que integren la espiritualidad del Jubileo con la figura de San Miguel.
Queremos que este tiempo sea una escuela de esperanza y combate, donde cada miembro de la comunidad se sienta acompañado, fortalecido y enviado. Que San Miguel nos enseñe a contemplar, a resistir y a adorar. Que el Jubileo nos abra a la gracia que sana y transforma.
“Gloria al que vive por los siglos. Amén.”
Cuaresma de San Miguel Arcángel. Peregrinos del Cielo.



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