Oración para la liberación de la ruina y la miseria

¿Por qué oramos por la liberación de la ruina y la miseria? Porque confiamos en el poder de Dios para restaurar lo que ha sido afectado por el sufrimiento y las dificultades. La oración es un acto de fe y esperanza, mediante el cual pedimos ser liberados de influencias negativas y encontrar paz, protección y sanación en nuestra vida.

En la tradición católica, una oración de liberación es una plegaria dirigida a Dios para pedir protección y liberación de influencias malignas o situaciones adversas. No es un exorcismo, que es un rito reservado a sacerdotes con autorización especial, sino una oración que cualquier creyente puede realizar para pedir ayuda divina contra el mal.

Estas oraciones suelen incluir súplicas para ser liberados de opresiones espirituales, tentaciones o influencias negativas, y pueden estar acompañadas de signos como la señal de la cruz, el uso de agua bendita o la invocación de santos y ángeles. Se basan en la confianza en el poder de Dios para traer gracia, paz y sanación a la vida del creyente.

Compartimos esta oración de liberación recomendada cuando se enfrenta una serie de adversidades que afectan la salud, el matrimonio, la familia, el trabajo, las relaciones personales o los bienes materiales. Para su realización, sugerimos tomar el crucifijo y trazar con él la señal de la cruz sobre uno mismo al inicio de cada sección. Es deseable rezarla diariamente mientras la situación persista.

✠ En el nombre de Jesús de Nazaret y por su Preciosísima Sangre, te ruego, Padre Celestial, que ates, ligues y encadenes ahora mismo el poder de toda potestad y principado maligno que Satanás me haya asignado para impedir que alcance mi potencial como hijo de Dios y recibir las bendiciones en mi ser integral y los bienes materiales que Tú deseas para mí y los míos, junto con los dones del Espíritu Santo. Ordena que esos espíritus maléficos se retiren y queden sin poder alguno sobre mí, desde este momento, atados, ligados y encadenados.

✠ Señor Jesús, por el poder redentor de tu Preciosísima Sangre, ordena a Satanás quitar sus sucias manos de mis bienes, mis negocios, mi dinero, mis trabajos y estudios, de mi hogar, de mi familia y de mi vida. Y ordena también que todo espíritu maligno de enfermedad, ruina, pobreza, miseria, escasez y deuda queden desarraigados y destruidos. Jesús, expúlsalos y arrójalos lejos de mí al lugar que les corresponde y ordénales que nunca más regresen porque sólo Tú eres el dueño de mi vida, y quien me cuidas y proteges.

✠ Padre Celestial, por la Preciosa Sangre derramada de tu Hijo Jesucristo, te ruego que envíes a tus Santos Ángeles para que definitivamente arrojen lejos de mí esas fuerzas malignas. Y te suplico que envíes tu Espíritu Santo para que, abriendo las ventanas del Cielo, derrame ahora bendiciones sobre mí, mis tareas, trabajos, negocios, estudios, y mi familia. Lo pido en el Santo Nombre de Jesús, acudiendo a la intercesión de la Virgen María Auxiliadora y de San José, de los Santos Arcángeles y Ángeles, y de todos los Santos.

AMÉN,

AMÉN,

AMÉN.