San Gabriel Arcángel, fortaleza de Dios
- rccrecreo
- 29 sept 2022
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En este nuevo “subsidio”, complemento del documento sobre el Coro de los Arcángeles, queremos aproximarnos al Arcángel San Gabriel. A aquel que es Fuerza de Dios. ¡Y Cuán necesitados estamos de revestirnos del poder de Dios!
Muchos comienzan con energía, con vigor el seguimiento de Nuestro Salvador pero lentamente parecen vivir y cargar sobre sí un peso tal que les desanima. Algunos padeciendo “pesos de la vida”, otros soportando la “carga de la misión confiada”; Lo cierto es que, así como el profeta Daniel que fue tocado por el ángel del Señor, se levanto y se reanimó; Así como Elías fue tocado por el Ángel, así como el Arcángel actuó con María Santísima diciéndole: “¡Alégrate, llena de Gracias!, ¡Alégrate!, No tengas miedo·.
Hoy, el Arcángel Gabriel quiere actuar en nuestras vidas de manera semejante, trayéndonos no solo fuerza, no solo revistiéndonos de la Gracia que Dios le “entregó para ser entregada”, sino también para traernos la Alegría que hace renacer muchas cosas: la alegría de sabernos amados y cuidados por Dios Padre.
¿Es necesario recordar que hoy, -más que nunca-, toda mujer, todo hombre está necesitando de la intervención divina a través de los ángeles? ¿Es necesario pensar mucho para darnos cuenta que necesitamos ser renovados en la Fe, ser curados en Dios y recibir la Fuerza de Dios?
Eso hacen los tres Arcángeles.
Hoy en particular queremos saber en qué puede ayudarnos particularmente San Gabriel; Hoy queremos saber cómo puede ayudarnos y facilitar nuestro caminar, y cómo él puede hacernos crecer en intimidad con el Señor.
Quisiéramos traer a la memoria las palabras de Nuestra Señora dichas al padre Gobi del movimiento sacerdotal mariano:
“La misión de San Gabriel es la de revestirlos de la misma fortaleza de Dios.
Él, combate contra la asechanza más peligrosa de Satanás, la de debilitarlos, llevándolos al desaliento y al cansancio. ¡Cuántos de ustedes se han parado en el camino de la consagración, que me han hecho, por causa de su debilidad humana!
La debilidad es la causa que los conduce a la duda, a la incertidumbre, al miedo, a la turbación. Ésta es la tentación de mi Adversario para hacerlos inofensivos, cerrados en ustedes mismos, detenidos en sus problemas, incapaces de un verdadero empuje apostólico.”
El Arcángel Gabriel tiene la misión de ayudarlos a crecer en la confianza, revistiéndolos de la fortaleza de Dios. Y así los conduce cada día por al camino del valor, de la firmeza, de la fe heroica y pura.”
29 de setiembre de 1986
En una de nuestras noches de oración el Espíritu Santo nos suscitó orar mucho por la “confianza en Dios”; No sé si has participado esa noche, pero fue como una letanía el pedido al punto que, toda nuestra noche estuvo centrada en ese solo clamor, pedir al Señor sea restablecida, fortalecida en cada uno de nosotros la confianza en Dios. Y a la luz de este mensaje de Nuestra Señora podemos comprender el motivo por el cual nos debilitamos, dejamos de confiar: no tenemos una fuerza propia con la cual podamos dar batalla espiritual, y la confianza lo que hace es volver a restituir las fuerzas; nos lleva a tomar conciencia mayor que la batalla es dada sólo con la “propia fuerza de Dios”.
Claramente, nosotros debemos poner nuestra parte, pero a la batalla entramos apropiándonos por intercesión de María y lo Ángeles de la Fuerza de Dios que se acrecienta en la medida en que crece en nosotros la confianza.

Muchas veces nos escandalizamos, nos deprimimos, nos angustiamos cuando nos enfrentamos con nuestras propias debilidades, con nuestras fragilidades al punto que, muchas veces la vida espiritual, y en particular esta vida de batalla oracional que es la cuaresma de san Miguel se transforma en una especie de montaña rusa. Por momentos creemos que tenemos todas las fuerzas del mundo, y nuestra fe pareciera encumbrarse en las alturas de los cielos y en otros momentos caemos, nos precipitamos de tal manera que ni coraje para levantarnos de la cama tenemos.
Queridos, ¡esa es nuestra condición humana! Y es importante que algunas veces toquemos nuestras impotencias, el sentirnos nada, el oler nuestras miserias. Lo extraordinario es descubrir que viviendo todas esas sensaciones somos a la vez tocados por la Fuerza que nos llega a través del Arcángel.
La Palabra nos presenta un hecho que necesitamos comprender. El profeta Daniel tiene una visión terrible de la ira del Señor y queda abatido, temeroso, delante de aquella visión y se aparece el Arcángel para hablarle de aquella visión.
“De pronto, una figura como la de un hijo de hombre tocó mis labios. Yo abrí mi boca y me puse a hablar, y dije al que estaba de pie frente a mí: «Mi Señor, ante esta aparición, yo me estremecí de dolor y no pude sobreponerme.
17 ¿Y cómo podría este servidor hablar con mi Señor, aquí presente, si ahora me faltan las fuerzas y ya me he quedado sin aliento?».
18 Aquel que parecía un hombre me volvió a tocar y me fortaleció. 19 Luego me dijo: «No temas, hombre predilecto. ¡La paz esté contigo! ¡Sé fuerte y valeroso!». Mientras él me hablaba, recobré las fuerzas y le dije: Que hable mi Señor, ya que me has fortalecido».
Daniel es tocado por el Ángel y dice que fue reconfortado y reanimado.
Esta Palabra contiene la gracia de traernos fuerza de Dios porque la esperanza, la confianza en Dios, engendran Su fuerza.
Nos trae también a la memoria aquella situación narrada en el libro de los Reyes en la que el profeta Elías, ya sin fuerzas, agotado, después de tanto combate espiritual y combate físico dice: “Basta, Señor, ya no puedo más, no soy mejor que mi padre, quítame la vida…” y dice que un ángel le tocó y le dijo: ¡Levántate!
San Gabriel fue el primero en dar a conocer el Nombre del Salvador. Fue el primero en anunciar y dar a conocer el Dulce Nombre de Jesús, el Nombre ante el cual se dobla toda rodilla en el cielo y en la tierra: Jesús.
Fue San Gabriel Arcángel el enviado a anunciar la Encarnación del Verbo. Y recuerda que este fue el momento de mayor prueba en el Cielo, la Encarnación del Verbo fue el motivo principal de la revuelta en el Cielo y el Arcángel San Gabriel se somete a la Voluntad del Altísimo y cumple la misión incomparable de anunciar la encarnación del Verbo. Y lo hace con amor y reverencia y es él quien desea hacer crecer en nosotros un amor especial, un amor de predilección con la Madre del Salvador.
Ese: ¡Salve María! Que también podemos traducir como ¡Alégrate María! Nos está diciendo también: No tengas miedo! Fuerza, coraje! Levántate!
Delante de la misión que tienes por delante: ¡No tengas miedo!
Delante del problema que te está doblando y quebrando interiormente: ¡No tengas miedo!
El Arcángel Gabriel es el que nos prepara para la misión que el Señor nos confía. Es el que nos recuerda que Dios tiene todo bajo control a pesar de nuestro desaliento; que Dios está al frente delante de nuestros trabajos, de nuestras familias, de conducir con sabiduría tu matrimonio, de la educación de tus hijos, a la hora de hacer las elecciones correctas.
El Arcángel Gabriel es el que inspira las palabras que en cada Rosario que nosotros lanzamos por los aires desde el fondo de nuestro ser: ¡Dios te Salve, María, llena eres de gracia!
¿Sabes quién difundió con tanto amor el rezo del Santo Rosario? Fue san Domingo de Guzman, el fundador de los dominicos. Santo Domingo afligido, no teniendo éxito en su misión, en un determinado momento se retiró al desierto y permaneció algunos días en oración, flagelándose, y fue en ese momento cuando la Virgen se la apareció y le dijo: “Domingo, ¿sabes cual es el arma mas poderosa para la salvación de los hombres? Y Domingo respondió: “Sí, después del Verbo Encarnado, Tú eres esa gran arma” y Nuestra Señora le dijo: “El arma más poderosa es la Salutación Angélica…” y se cuenta que Santo Domingo salió lleno del Espíritu Santo y unido de la presencia del Arcángel Gabriel, -que es la fuerza de Dios-, emprendió su tarea.
Mas de 12.000 personas presenciaron un momento extraordinario cuando un poseso de mas de 15.000 demonios, atacando los quince misterios del Rosario, fue exorcizado y el demonio obligado a hablar por la boca del poseso, reconoció las maravillas del rezo del Santo Rosario.
San Gabriel es el Arcángel de la Palabra.
Es el Arcángel que está ligado profundamente al Hijo, a Dios Hijo. Todos los acontecimientos en la vida de Jesús tienen una gran ligazón con san Gabriel, como aquel acontecimiento en el Huerto de los Olivos en que el Señor recibió la visita de un Ángel, que fue fortalecido por él y que vino a consolarlo, y muy posiblemente haya sido san Gabriel quien estuvo en aquel momento. Por esa proximidad con Jesús, él es quien puede unirnos mas y mas al Verbo Divino, a la Palabra hecha carne.
Señor te entrego mi vida, mi corazón, todo mi ser.
En este día te quiero alabar por los éxitos y los fracasos;
Por las tristezas y las alegrías de cada día.
Y clamo por intercesión de San Gabriel pueda ser reanimado
y fortalecido por Tu Nombre Santo.
Dame fuerzas para cumplir la misión que mes has otorgado Yo confío en ti.
Tomo posesión de las palabras del Arcángel Gabriel que me dice hoy: ¡no tengas miedo!
Tú le has dado a los ángeles la orden que me guarden,
Me cuiden, me protejan en todos los caminos y yo, hoy,
fortalecido, tomo posesión de esa Palabra de coraje,
de fuerza y de liberación.
Amén
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